Volver a volar
Sé que tus ojos me han mirado
y tu paciencia me ha esperado,
pero aquí estoy, nuevamente enredado.
Sé que conoces mis heridas,
sé que levantas las caídas,
pero me cuesta creer
que aún camines a mi lado.
Dame la cruz, te doy mi cruz, dame tu mano;
sólo así podré entregarme por entero
y caminar nuevamente por el aire
como la hoja que se mueve con tu viento.
Es que todavía no he entregado
la ofrenda de mi corazón atado.
Lo sabes bien: debo entender
que mis ojos aún están cerrados.
Toma mi fuego, toma mi barro,
al fin entiendo lo planeado.
Aquí estoy, Señor,
intento ser tu hijo amado.