San Marcos
A continuación puedes encontrar el ‘Evangelio y Reflexión’ que, hasta el momento, hay disponibles del Evangelio de Marcos. Haz clic sobre la cita para ir al vídeo con el texto del evangelio y la reflexión correspondiente.
CAPÍTULO 1
- Marcos 1, 1-8
«Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Como está escrito en el profeta Isaías: ‘Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos’. Se presentó Juan en el desierto bautizando y predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Y proclamaba: ‘Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo’»
- Marcos 1, 7-11
(Fiesta del Bautismo del Señor)
«Llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse los cielos y al Espíritu que bajaba hacia él como una paloma. Se oyó una voz desde los cielos: ‘Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco’»
- Marcos 1, 14-20
«Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: ‘Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio’. Vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: ‘Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres’»
- Marcos 1, 21b-28
«Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar: «¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios. Jesús lo increpó: «¡Cállate y sal de él!».
- Marcos 1, 29-39
«La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Le dijeron: ‘Todo el mundo te busca’».
- Marcos 1, 40-45
«Se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: ‘Si quieres, puedes limpiarme’. Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo: ‘Quiero: queda limpio’».
CAPÍTULO 2
- Marcos 2, 13-17
«Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dice: ‘Sígueme’. Se levantó y lo siguió. Sucedió que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos».
- Marcos 2, 18-22
«Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: ‘Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?’. Jesús les contesta: ‘¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos?’»
- Marcos 2, 23-28
«Atravesaba Jesús un sembrado, y sus discípulos, mientras caminaban, iban arrancando espigas. Los fariseos le preguntan: ‘Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?’»
CAPÍTULO 3
- Marcos 3, 7-12
«Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar. Acudía mucha gente de Judea, Jerusalén, Idumea, Transjordania y cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una barca, no lo fuera a estrujar el gentío»
- Marcos 3, 13-19
«Jesús subió al monte, llamó a los que quiso y se fueron con él. E instituyó doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar, y que tuvieran autoridad para expulsar a los demonios»
- Marcos 3, 20-21
«Llegó Jesús a casa con sus discípulos y de nuevo se juntó tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque se decía que estaba fuera de sí»
- Marcos 3, 22-30
«Los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: ‘Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios’. Él los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas: ‘¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino dividido internamente no puede subsistir’»
- Marcos 3, 31-35
«La gente que tenía sentada alrededor le dice: ‘Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan’. Mirando a los que estaban sentados alrededor, dice: ‘Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre’»
CAPÍTULO 4
- Marcos 4, 1-20
«Salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida…»
- Marcos 4, 21-25
«¿Se trae la lámpara para meterla debajo del celemín o debajo de la cama?, ¿no es para ponerla en el candelero? No hay nada escondido, sino para que sea descubierto. La medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces»
- Marcos 4, 35-41
«Se levantó una fuerte tempestad y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba en la popa, dormido sobre un cabezal. Lo despertaron, diciéndole: ‘Maestro, ¿no te importa que perezcamos?’»
CAPÍTULO 5
- Marcos 5, 1-20
«Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas desembarcó, le salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre poseído de espíritu inmundo»
- Marcos 5, 21-43
«Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia: ‘Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva’. Se fue con él y lo seguía mucha gente que lo apretujaba. Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años…»
CAPÍTULO 6
- Marcos 6, 1-6
«Se dirigió Jesús a su ciudad y lo seguían sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: ‘¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón?’ . Les decía: ‘No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa’. No pudo hacer allí ningún milagro»
- Marcos 6, 7-13
«Llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja»
- Marcos 6, 14-29
«Como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. Herodes, al oírlo, decía: ‘Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado’. Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado»
- Marcos 6, 17-29
(29 de agosto – Martirio de San Juan Bautista)
«La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. Se acercó al rey y le pidió: ‘Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista0. Enseguida le mandó a uno de su guardia que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre»
- Marcos 6, 30-34
«Él les dijo: ‘Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco’. Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a solas a un lugar desierto»
- Marcos 6, 34-44
«Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor. Tomando los cinco panes y los dos peces, alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los iba dando»
- Marcos 6, 45-52
«La barca estaba en mitad del mar y Jesús, solo, en tierra. Viéndolos fatigados de remar, porque tenían viento contrario, a eso de la cuarta vigilia de la madrugada, fue hacia ellos andando sobre el mar»
- Marcos 6, 53-56
«Apenas desembarcados, lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaba los enfermos en camillas»
CAPÍTULO 7
- Marcos 7, 14-23
«Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre»
- Marcos 7, 24-30
«Una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró enseguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies. Él le dijo: ‘Deja que se sacien primero los hijos. No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos’»
CAPÍTULO 8
- Marcos 8, 1-10
«Mandó que la gente se sentara en el suelo y tomando los siete panes, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran»
- Marcos 8, 11-13
«Se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo. Jesús dio un profundo suspiro y dijo: ‘¿Por qué esta generación reclama un signo? En verdad os digo que no se le dará un signo a esta generación’»
- Marcos 8, 14-21
«A los discípulos se les olvidó tomar pan y no tenían más que un pan en la barca. Y él les ordenaba diciendo: ‘Estad atentos, evitad la levadura de los fariseos y de Herodes’»
- Marcos 8, 22-26
«Jesús y los discípulos llegaron a Betsaida. Y le trajeron a un ciego pidiéndole que lo tocase. Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: ‘¿Ves algo?’. Levantando los ojos dijo: ‘Veo hombres, me parecen árboles, pero andan’»
- Marcos 8, 27-33
«Por el camino preguntó a sus discípulos: ‘¿Quién dice la gente que soy yo?’. Ellos le contestaron: ‘Unos, Juan el Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas’. Él les preguntó: ‘Y vosotros, ¿quién decís que soy?’. Tomando la palabra Pedro le dijo: ‘Tú eres el Mesías’»
- Marcos 8, 34 – 9,1
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?»
CAPÍTULO 9
- Marcos 8, 34 – 9,1
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?»
- Marcos 9, 14-29
«Uno de la gente le contestó: ‘Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar; y cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen y no han sido capaces’»
- Marcos 9, 30-37
«Uno de la gente le contestó: ‘Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar; y cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen y no han sido capaces’»
CAPÍTULO 12
- Marcos 12, 1-12
Parábola de los viñadores homicidas: ‘Un hombre plantó una viña…’»
- Marcos 12, 13-17
«’¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?’. Adivinando su hipocresía, les replicó: ‘¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea’. Se lo trajeron. Y él les preguntó: ‘¿De quién es esta imagen y esta inscripción?’. Le contestaron: ‘Del César’. Jesús les replicó: ‘Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios’»
- Marcos 12, 18-27
«Cuando resuciten, ni los hombres se casarán ni las mujeres serán dadas en matrimonio, serán como ángeles del cielo. Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: ‘Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob’? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados»
- Marcos 12, 28b-34
«Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: ‘¿Qué mandamiento es el primero de todos?’. Respondió Jesús: ‘El primero es: ‘Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser’. El segundo es este: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. No hay mandamiento mayor que estos’»
- Marcos 12, 35-37
«Jesús preguntó: ‘¿Cómo dicen los escribas que el Mesías es hijo de David? Si el mismo David lo llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?’. Una muchedumbre numerosa le escuchaba a gusto»
- Marcos 12, 38-44
«’¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje… Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas… En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie’»
CAPÍTULO 13
- Marcos 13, 33-37
«Estad atentos, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa: no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. ¡Velad!»
CAPÍTULO 16
- Marcos 16, 9-15
Jesús Resucitado dice a sus discípulos: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación»
- Marcos 16, 15-18
(25 de enero – Conversión de San Pablo)
«Se apareció Jesús a los Once y les dijo: ‘Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación’»