Evangelio del día 24 septiembre 2025 (Se pusieron en camino)

Miércoles de la 25ª Semana del Tiempo Ordinario

EVANGELIO (Lucas 9, 1-6)

Habiendo convocado Jesús a los Doce, les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles: «No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco tengáis dos túnicas cada uno.

«Los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos».

Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si algunos no os reciben, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de vuestros pies, como testimonio contra ellos». Se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la Buena Noticia y curando en todas partes.

REFLEXIÓN

INTRODUCCIÓN

El evangelio de hoy nos presenta un momento de una gran trascendencia. Entre la multitud de discípulos, hombres y mujeres, que seguían a Jesús, él escoge a doce. Es obvio que doce eran las tribus de Israel. Doce es el número del pueblo de Dios. Jesús, por tanto, con este grupo, está diciendo: “Hoy convoco el nuevo pueblo de Dios en torno a mí”. Jesús los envía a proclamar el Reino de Dios, con poder para expulsar demonios, para sanar. Y debe primar en ellos la austeridad (llevarán casi lo puesto y se alojarán en casas de personas que generosamente les acojan) y, además, serán itinerantes. Son verdaderos apóstoles (es decir, enviados) y cuentan con el poder de Jesús, como dice el evangelio: “Les dio autoridad”.

REFLEXIÓN Y PREGUNTAS

Me gustaría destacar tres puntos a propósito del evangelio de hoy:

En primer lugar, la vocación principal de estos enviados de Jesús es expulsar demonios y sanar enfermos. La misión principal de Jesús, que compartirán sus discípulos, es expulsar del mundo ese mal que atormenta al ser humano, y que le atormenta en forma de pecado, de enfermedad, de depresión o de pérdida de sentido. Párate por un momento. Tú mismo has experimentado que Jesús te ha curado. Él te sana de tu pecado con su perdón; te sana del sinsentido y el tedio con una propuesta increíble de vida abundante, y te sanará de la muerte con la vida eterna. Hoy te llama a ti, que has experimentado la salvación de Dios, a que compartas con otros esa sanación. Contagia con tu alegría a tus hermanos, lucha contra las críticas con buenas palabras, contra el orgullo con humildad, contra el poder con servicio, contra la tristeza con ilusión y pasión. Has sido constituido por Jesús como apóstol con autoridad, y gozas del poder de Jesús para bendecir y sanar. Haz de tu vida una bendición y sanación constante.

En segundo lugar, vemos que Jesús envía a sus discípulos a la misión. La vida cristiana es ir más allá. Hoy Jesús te llama a salir de tu comodidad. Y esto incluye que tomes opciones por Jesús y por su Reino, que te compliques la vida, que trabajes para él, que vivas más comprometido y en búsqueda permanente de su voluntad. También –y esto nos duele mucho– que vivas con una mayor austeridad. Que tu riqueza sea siempre estar en camino con Jesús. Que tu seguridad sea saberte en las manos de Dios, con una esperanza que nadie te puede arrebatar.

Y, en tercer lugar, lo más importante. Algo que, además, me gusta repetir, porque el evangelio insiste en ello a cada momento. El texto nos dice que fueron “anunciando la buena noticia”. Nunca olvides que tu fe y tu misión serán únicamente verdaderas si son buena noticia para otros. El Evangelio es siempre una buena noticia de alegría, de salvación, de sanación, una propuesta increíble de vida, de misericordia y de acogida, especialmente de los más necesitados.

¿Se nota en tu vida que creer te hace mejor? ¿Eres una buena noticia para los demás? ¿O, por el contrario, tu vida destila más el vinagre agrio que el vino bueno y abundante de la fiesta?

CONCLUSIÓN

Siéntete hoy llamado y enviado por Jesús. Haz memoria por un momento de cómo Cristo te ha curado a ti de mil enfermedades y piensa cómo puedes llevar esa sanación que has experimentado a los demás. Entonces sí, con la autoridad de Jesús, serás su gran apóstol.

Botón volver arriba