Salve, Madre
Salve, Madre,
en la tierra de tus amores
te saludan los cantos
que alza el amor.
Reina de nuestras almas,
flor de las flores,
muestra aquí
de tu gloria los resplandores,
que en el cielo
tan sólo te aman mejor.
Virgen santa, Virgen pura,
vida, esperanza y dulzura
del alma que en ti confía;
Madre de Dios, Madre mía,
mientras mi vida alentare
todo mi amor para ti;
mas si mi amor te olvidare,
¡Madre mía, Madre mía!,
aunque mi amor te olvidare,
tú no te olvides de mí.