
Evangelio del día 24 enero 2025 (Llamó a los que quiso y se fueron con él)
Evangelio y Reflexión
Lectura del santo evangelio según san Marcos (3, 13-19)
En aquel tiempo, Jesús subió al monte, llamó a los que quiso y se fueron con él. E instituyó doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar, y que tuvieran autoridad para expulsar a los demonios:
«Jesús subió al monte, llamó a los que quiso y se fueron con él».
Simón, a quien puso el nombre de Pedro, Santiago el de Zebedeo, y Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso el nombre de Boanerges, es decir, los hijos del trueno, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el de Caná y Judas Iscariote, el que lo entregó.
REFLEXIÓN
INTRODUCCIÓN
En el evangelio de hoy, Jesús llama a sus discípulos. No es una elección gratuita ni caprichosa, menos aún improvisada. Tendrán además una misión muy determinada: estar con él, enviarlos a predicar, luchar contra el mal.
REFLEXIÓN Y PREGUNTAS
A propósito de este texto del evangelio de Marcos, lleno de detalles, me gustaría compartir contigo tres reflexiones:
En primer lugar, quiero fijarme en tres detalles. Primero, dice el texto que Jesús subió al monte. No es un lugar cualquiera, sino ese lugar del encuentro con Dios. Por ejemplo, Moisés recibió en el Monte Sinaí las tablas de la ley, esa voluntad de Dios para su pueblo. Jesús se transfigurará también en el monte. Y ahora es en el monte donde, junto a Dios, elige a los que va a enviar. Es, por tanto, una llamada divina, una vocación eterna. Segundo, dice el evangelio que «llamó a los que quiso». No significa que llamó a los que le dio la gana, sino que llamó a los que quiso, a los que amó. Es una llamada cariñosa, desde el corazón, entrañable, llena de amor. Y tercero, continúa explicando el texto que “se fueron con él”, y añade: “instituyó doce para que estuvieran con él”. Por tanto, es primeramente una llamada a estar con él, a su lado, de su mano.
En segundo lugar, quiero detenerme en otros dos detalles. Dice el evangelio que, aparte de para que estén con él, los llama para enviarlos a predicar. Serán, como él, testigos de la Buena Noticia del Evangelio. Por tanto, no se trata solo de estar con Jesús, sino, habiendo gozado de esa amistad e intimidad, dar testimonio de ello, anunciarlo a los demás. Y añade el texto que esos apóstoles (esos «enviados», que esto es lo que significa la palabra «apóstol»), tienen autoridad. El enviado de Jesús goza de su poder para luchar contra el mal, para sanar, para sembrar esperanza y transmitir gracia y vida.
En tercer lugar, quiero que te detengas en esa lista de llamados: Simón, Santiago, Juan, Andrés, Felipe, etc. Hay de todo en ese grupo: un traidor, otro que le negará hasta tres veces, exaltados, incluso un publicano. No son héroes ni santos: su grandeza es haber aceptado la llamada de Jesús y seguirle de cerca. Hoy tu nombre se encuentra también ahí: Carlos, Carmen, Javier, Rosario, José María, Inma, Antonio, Ana, Carolina, Víctor, Pablo, Pilar, Daniel, Susana… Seas quien seas, eres un llamado del Señor. Estate con él, porque te ha llamado y amado. Goza de su amistad y de su cercanía. Y comparte esa experiencia increíble con otros.
Pregúntate: ¿vas a aceptar la llamada de Jesús a seguirle más de cerca y a ser testigo suyo en el mundo?
CONCLUSIÓN
Pues que este evangelio te haga renovar tu vocación de llamado del Señor, te esfuerces en cuidar tu amistad con él, en pasar ratos con él y, con su autoridad y gracia, seas un gran testigo en el mundo de su inmenso amor.
ORACIÓN
Señor Jesús, soy un pobre pecador. Pero tú me has mirado, me has llamado, me has ofrecido tu amistad y me invitas a dejarme de excusas. Quieres que hable de ti, quieres que yo te haga conocer y amar. En medio de mis debilidades, yo te digo: heme aquí, envíame.