DIOS, PADRE BUENO. Meditación sobre la parábola del hijo pródigo

A lo largo y ancho del evangelio, Jesús nos dice con claridad que Dios es un Padre que cuida de nosotros amorosamente y que nos ama hasta el extremo. Pero en ningún lugar Jesús nos habla tan nítidamente de Dios como en la parábola del hijo pródigo: de la pasión que este Padre siente por nosotros, de su amor incondicional, de su ternura infinita.

Acércate, pues, a esta parábola con el corazón abierto y (re)descubrirás que Dios es un Padre bueno, con entrañas de misericordia; que no hay pecado tan grande que no halle en Él perdón y acogida; y que encontrarse con este Dios Amor y vivir a su lado es la fuente de la verdadera alegría.