Todas las oraciones están disponibles en el Libro de Oración. Mi día a día con Jesús.
Barro, Señor
Barro, Señor, quiero ser barro blando
en tus divinas manos de alfarero,
barro que nada vale por sí solo
si Tú no lo modelas con tu genio.
Y en todo ello, ¿Qué tengo yo que hacer?
Dejarme modelar por Ti, tu esfuerzo
creador irá puliendo las aristas
y dando vida a lo que estaba muerto.
Barro, Señor, ser sólo barro quiero,
que nunca pida cuentas a su Dueño;
barro que no se seque y sea dócil
cuando lo aprietes fuerte entre tus dedos.
Y si algún día en el pecado grave
se me hunde el alma y, seco, me endurezco,
humedéceme pronto con tu gracia
hasta que vuelva a ser barro de nuevo.
Y si me rompo, frágil, y tu empeño
ves fracasado, en trozos, por el suelo,
no me olvides, Señor, no me rechaces,
vuelve a recomponerme, te lo ruego.
