Evangelio del día 2 octubre 2025 (Santos Ángeles Custodios)
Evangelio y Reflexión
EVANGELIO (Mateo 18, 1-5.10)
En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?». El llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: «En verdad os digo que, si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ese es el más grande en el reino de los cielos.
«Sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro de mi Padre celestial».
El que acoge a un niño como este en mi nombre me acoge a mí. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro de mi Padre celestial.
REFLEXIÓN
INTRODUCCIÓN
Hoy, día 2 de octubre, la Iglesia celebra la memoria de los Santos Ángeles Custodios o, como se dice comúnmente, de nuestros ángeles de la guarda. La misión de estos ángeles es acompañar a cada persona, protegerla de los peligros y guiarla en el duro camino de la vida. Los ángeles no son “personificaciones del bien”, no son un mero símbolo. No son seres mitológicos que, de alguna manera, la Escritura habría adaptado. Son seres reales, creados por Dios. La Biblia da cuenta de su ser y acción a lo largo de sus páginas y el mismo evangelio –es más, Jesús expresamente– da cuenta de ellos a menudo. Su existencia es, por tanto, un dato de fe o, dicho de otra manera, los cristianos creemos en la existencia real de los ángeles.
REFLEXIÓN Y PREGUNTAS
A propósito de esta memoria de los Santos Ángeles Custodios, me gustaría compartir contigo tres reflexiones:
En primer lugar, la palabra “ángel” viene del verbo griego “angello”, que significa anunciar. Los ángeles son, por tanto, mensajeros. Son mensajeros de Dios y están a su servicio. También tú tienes vocación de ángel, de mensajero del Señor. Cuántas veces decimos de alguien “es un ángel” porque es una gran persona, o “tiene ángel” porque hay algo en ella que la hace especial o única. Hoy es una oportunidad para recordar que tú también tienes una vocación angélica. Tú también eres un ángel, un mensajero de la buena noticia de Dios. Tú también estás llamado a ser un ángel para otros.
¿Eres buena noticia para los que te rodean? Recuerda alguna ocasión en que has sido un verdadero ángel para alguien que te necesitaba. Y piensa: ¿para quién puedes volver a ser un ángel aquí y ahora?
En segundo lugar, el ángel custodio que Dios nos ha asignado a cada persona es signo del cuidado maravilloso que Dios tiene por todos y cada uno de nosotros. Para Dios eres precioso, eres digno de todos los mimos, de toda la ternura y de todo el cuidado. Dios cuida de ti con todos los medios y no de una manera general, sino de forma particular y única.
Gracias, Señor, por amarme tanto, porque me haces sentir siempre especial con todos tus gestos y caricias. Gracias, Señor, porque con el ángel custodio que me acompaña siempre, me has querido decir una vez más: “Te quiero, hijo mío”.
En tercer lugar, la existencia de los ángeles nos habla de una creación maravillosa de Dios, de todo un mundo espiritual que está ahí, aunque no lo veamos, y en el cual somos llamados a sumergirnos. Esos ángeles, que adoran a Dios permanentemente, y que cuidan también de nosotros, son signo del poder increíble de Dios, de que el bien siempre estará por encima del mal, y de que somos criaturas excelsas y maravillosas, llamadas a participar de la plenitud de Dios. En definitiva, Dios ha creado toda esta maravilla para ti. Dios te ha hecho partícipe de una realidad increíble. Dios ha querido compartir contigo su felicidad infinita. Y un día, en la eternidad, alabarás al Señor, rodeado de ángeles y santos, junto a tus amigos y tu familia, en un reino de vida que no se acaba y que es tan maravilloso que no podemos ni siquiera imaginarlo. Como dice la Escritura: “Ni el ojo vio ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que le aman”. ¡Qué gran fortuna la nuestra!
Hoy puedes dar gracias a Dios por haberte regalado un ángel custodio, por protegerte y cuidarte de tantos modos siempre. Puedes también darle las gracias al Señor por todos los “ángeles” (entre comillas) –familia, amigos, personas especiales– que Dios ha puesto en tu camino.
CONCLUSIÓN
Hoy también puedes comprometerte tú a ser un ángel para aquellos que te necesitan y para los cuales serás custodio y presencia amorosa de Dios.