Evangelio del día 13 marzo 2025 (¡Cuánto más vuestro Padre!)

Evangelio y Reflexión

EVANGELIO

Jueves de la 1ª Semana de Cuaresma
(Mateo 7, 7-12)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.

«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis».

Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden! Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas».

REFLEXIÓN

INTRODUCCIÓN

En el evangelio de hoy Jesús insiste en lo que ha de ser la verdad de tu vida: que Dios es mucho más generoso y más compasivo que cualquiera de nosotros, que participamos de su bondad y de su amor, pero de una manera tan deficiente. Si tú eres sensible a las necesidades de los demás, ¡cuánto más el Padre del cielo, que nos ha creado por amor, nos sostiene en la vida y nos desea siempre todo bien!

REFLEXIÓN Y PREGUNTAS

A propósito de este texto del evangelio de Mateo, me gustaría compartir contigo tres reflexiones:

En primer lugar, has escuchado estas palabras de Jesús: “Buscad y encontraréis, quien busca encuentra”. Una clave importantísima para la vida cristiana es estar en búsqueda. Y, sin embargo, ¡cuántas veces te quedas parado! Tienes que buscar más autenticidad, más cercanía de Dios, más servicio a los hermanos, más formación en tu fe, más formas de llevar el Evangelio a los que están lejos. Si te quedas parado, como en una cinta eléctrica, retrocederás o, peor aún, te caerás. En cristiano, buscar es encontrar. 

¿Estás en búsqueda? ¿Buscas con pasión una vida de fe más intensa y auténtica?

En segundo lugar, dice Jesús en este texto de Mateo: “Pedid y se os dará, llamad y se os abrirá, porque todo el que pide recibe y al que llama se le abre”. Es una invitación directa a que ores, a que ruegues a Dios en cada momento. Algo que exigirá de ti que seas certero. No se trata de que pidas y busques tus propios intereses o cualquier cosa arbitraria, unos deseos que podrían ser nefastos para ti y para tus hermanos. Reconócelo, no sabes ni lo que te conviene. Al contrario, se trata de que llames a la puerta de Dios, que le pidas que se cumpla su voluntad, porque eso que Dios quiere para ti es siempre lo mejor, lo que más te conviene, lo que te salva. Por eso, no habrá nada mayor ni mejor que decir: «Te pido, Señor, que se haga en mí tu voluntad”. Es esa misma oración de María: «Hágase en mí según tu Palabra«; la misma oración de Jesús en el Huerto: «No se haga mi voluntad, sino la tuya«; eso mismo que pides cada día en el padrenuestro: “Hágase tu voluntad«. Si le dices a Dios de corazón, a pesar de tus debilidades y cerrazones, que quieres hacer su voluntad, él entrará en tu vida y llenará tu ser de su esa paz que solo él te puede dar. Si, por el contrario, lleno de egoísmo y desconfianza, solo buscas tu bienestar y tus deseos, únicamente te encontrarás con tus límites y tu pobreza. Por tanto, ponte en sus manos.

Dile hoy: «Me fío de ti, Padre. Me pongo en tus manos. Hágase en mí tu voluntad.

En tercer lugar, el texto de hoy nos ofrece una de las frases más bellas de todo el evangelio: “Si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!”. Si tú, que eres tan débil, tienes compasión del que sufre; si tú, que siendo egoísta, sabes compartir; si tú, que eres pobre en el amor, amas con locura a los tuyos… ¡qué no hará por nosotros Dios, que es perfecto en el amor, que es la fuente de todo amor! No dudes ni por un momento que Dios te cuida y te ama con un amor infinitamente mayor al que tú puedas tener por la persona que más quieres. ¿Te olvidarías tú de las personas que amas? Nunca. Pues Dios menos. ¿Castigarías o enviarías algo mal a alguno de los tuyos? Nunca, pues Dios menos. ¿Amarías siempre a fondo perdido? Te encantaría, pero únicamente haces lo que puedes. Pero Dios, que todo lo puede, sí lo hace. Te cuida y te ama más de lo que puedes imaginar.

¿Tiene tu amor algo de esta incondicionalidad del amor de Dios o es un amor muy básico e interesado: yo te amo, tú me amas

Busca, como dice el Evangelio, el bien de los demás, ese bien que tú desearías para ti pues, como dice Jesús, esta es la Ley y los Profetas.

CONCLUSIÓN

Pues que este evangelio te lleve a admirarte del inmenso amor de Dios por sus hijos, del inmenso amor de Dios por ti. Y que, reconociendo este increíble amor, crezcas tú mismo en el amor, pero no solo a los tuyos, sino a todos cuantos te rodean, especialmente a los que no pueden corresponderte.

ORACIÓN

Dios Padre bueno, tu amor es maravilloso. Gracias por amarme tanto. Instrúyeme en el verdadero amor, que el mío es muy pobre e interesado. Y que, con tu gracia, busque siempre el bien de mis hermanos.

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