Jesús, tú te entregaste por mí, diste tu vida para salvarme, porque me amas, incluso en mis debilidades, en mi fragilidad.
Por eso hoy quiero decirte, Señor, que te doy las gracias. Gracias por permanecer a mi lado, gracias por librarme, gracias por tu increíble amor.
Yo también te amo, Señor.