Te encuentras en el último día del año. Esta noche, junto a los tuyos, celebrarás la Nochevieja.
Es una oportunidad magnífica para que, en un ratito de silencio, junto a Jesús, hagas balance de tu año:
¿Ha sido mejor que el año anterior, a pesar de las dificultades y pruebas?
Es decir… ¿hay en ti más fe, más esperanza, más amor?
¿Por qué pecados tienes que pedir perdón al Señor?
¿Con quién tienes que reconciliarte?
Piensa ahora en positivo:
Haz memoria de todas las cosas buenas que han tenido lugar a lo largo de este año y por las que quieres dar gracias a Dios.
Que este último día del año te lleve a dar gracias a Dios por todo lo bueno que te ha regalado en este tiempo, pero sobre todo a llenarte de la vida que el Señor quiere regalarte.
Llénate de la luz y la vida de Cristo Jesús.
Termina diciéndole al Señor:
Jesús mío, te confieso como la luz del mundo. Sin ti, mi vida camina en tinieblas. Gracias por todo lo que has puesto en mi vida a lo largo de estos 365 días. Sigue transformándome a cada momento, aunque me resista. Y hazme siempre testigo de tu luz.